Dra.Cori López Xammar Medicina neuro-emocional - Escolta Evolutiva
Home » Actividad profesional » El Sendero de la Escucha

El Sendero de la Escucha

 - Dra.Cori López Xammar

 

Apreciados amigos y lectores, me complace compartir algunos capítulos del último libro que he escrito, El Sendero de la Escucha. Son solo algunos de los capítulos que forman parte de este libro, pero que he escogido cariñosamente para que todo el que lo desee los pueda leer, comprender, analizar y que les incite a reflexionar.

Capítulo 5: La Técnica, la pediatría y la educación de nuestros hijos

No es el objetivo de este libro describir detalladamente la técnica utilizada en estos casos , para ello aconsejo remitirse a obras escritas especialmente para esto o a cursos de formación para la aplicación de la misma . Solo quiero hacer hincapié en que siempre detrás de una técnica y para que esta de el resultado esperado , debe haber siempre un terapeuta experimentado que , primero , conozca profundamente la herramienta terapéutica que utiliza y en segundo lugar que acierte tanto en el diagnóstico como posteriormente a guiar en buena dirección la evolución del niño en estos casos .
No valen los “ aplicadores de técnicas “ que formados en tiempos cortos e insuficientes , banalicen la utilización de la técnica Tomatis cuando en realidad se necesitan conocimientos exhaustivos de neurología , fisiología  del desarrollo , de psicología ..etc . que demandan un tiempo formación más extenso. Solo así se puede avanzar apoyándonos en las bases que Tomatis nos describió y teniendo en cuenta los avances que en la actualidad nos ofrece el conocimiento de las neurociencias.
Uno de los útiles de trabajo en la aplicación de la terapia Tomatis es el Oído Electrónico , complejo electrónico simulador  y a la vez rehabilitador del oído humano . Con él se lleva a cabo una recuperación funcional   del complejo osteo-muscular del oído medio, que como hemos citado anteriormente es el sustrato mecánico neuro-funcional de la escucha . Poniendo nuestro oído en paralelo con este mecanismo electrónico,  se consigue por un fenómeno de remanencia , modificar y restaurar los parámetros relacionados con esta importante función. Con ello , inundamos a la vez el Sistema Nervioso de energía a fin de que se active  en la máxima totalidad  de sus potencialidades.
Es por ello que se precisa de un vasto conocimiento de todos los mecanismos de funcionamiento cerebral para poder evaluar en todo momento la evolución que se presenta en cada caso.
Es evidente que también  se puede ofrecer una importante ayuda a las mujeres embarazadas , preparándolas para que vivan su embarazo con el mejor estado emocional posible . Es un labor muy tierna y muy humana y por supuesto muy necesaria ya que la aventura auditiva  que vive el feto con su madre en toda la importante dimensión que ahora conocemos, es de capital importancia.
Reflexiones que acuden a nuestra mente ¿Se presta la debida atención al estado emocional de la madre? ¿Se presta la debida atención a como hemos medicalizado el parto? ¿Se presta la debida atención al ambiente sonoro en las salas de parto? ¿Se informa o se educa a los futuros padres en la importancia de los elementos clave emocionales durante el embarazo?
Creo que esta nueva dimensión del oído, dimensión a la vez profunda y esclarecedora , nos dice a los pediatras que debemos ver al niño como un todo incluido en el contexto global. El concepto de globalidad y de unicidad debe ser recuperado urgentemente. El niño debe ser observado además en su aspecto más trascendente. Sabemos que la enfermedad habitualmente representa  la respuesta a un conflicto que aparece dentro de la trayectoria evolutiva personal a la que hay que prestar la debida atención. Los síntomas funcionales infantiles tienen una traducción : el niño se está defendiendo de algo!!! Asá que , mi querida pediatría y mi querida neonatología deben  entrar  de lleno en otros campos que no sean solo el arte de aplicar medicamentos  porque ya vemos que todo es algo más complejo.
Otro tema que me parece importante que los padres conozcan es la aplicación de la osteopatía par sus hijos los primeros días. No voy a describir la técnica pero si hacer hincapié en que es de gran utilidad en los niños después del nacimiento principalmente.
El nacimiento no deja de ser en cierta manera un proceso traumático a nivel de estructuras craneales que pueden dejar alguna secuela en función de la duración , de la presentación y la manipulación que habitualmente es necesaria hacer por parte del obstetra o de la persona que presta ayuda al parto. Esto puede repercutir más adelante en el buen funcionamiento de órganos y sistemas. Los estudios científicos que se han efectuado al respecto, indican y demuestran que solo un 15% aproximadamente de recién nacidos, tienen después del parto, el cráneo equilibrado. El cráneo se deforma para poder facilitar la salida y dar lugar al parto y la osteopatía trata de reajustar el equilibrio de la cabeza del niño después del parto con un seguimiento aconsejable de algunos meses. Especialmente si existen alteraciones posturales como girar la cabeza siempre hacia el mismo lado, tener un bracito ligeramente hacia atrás ,a alguna asimetría en la cara, en caso de que no se resuelvan en el plazo de 15 a 20 días . Cuando ha habido prematuridad se requiere más atención a todo ello ya que el cráneo del prematuro es muchísimo más frágil.
También una de las enfermedades mas propias de nuestra época es el estrés emocional. Digo enfermedad de manera intencionada, ya que estoy convencida de que en el estrés convergen todas las formas de patología imaginables. El niño, hemos visto, que puede recibir ya en el vientre de su madre, los impactos de este generador patológico que serían capaces de alterar el normal desarrollo de su gestación. Quienes estudian la biología molecular podrían hablarnos extensamente de la influencia directa que tiene cualquier situación de estrés en el interior de la célula . Esta podría ser la primera situación de dificultad del embrión al principio de la gestación.
Una pregunta que hace años me hacia era, el porque los niños enfermaban tanto si en realidad “las piezas eran recién estrenadas“ todo estaba nuevo. Esta pregunta aunque desencadena alguna sonrisa por su simpleza, fue en una época mi gran interrogante pediátrico y una de las preguntas que me hizo buscar algo más, por decirlo de alguna manera, empecé a buscar las piezas que me faltaban: ¿..y la felicidad de los niños?¿ …y la paz de los niños?¿no tendrán algo que ver, el deseo de vivir, de ir hacia adelante, de madurar, de descubrir, de conocer ?¿ y cuando todo esto no les es posible a un niño?¿y el error de darle todo a un niño menos lo esencial?
Una de las respuestas me la dio la base científica de lo que me decía Tomatis . Por ejemplo , la relación de la patología funcional con el nervio neumogástrico. El nervio neumogástrico o también llamado vago,  es un nervio muy importante al que está ligada íntimamente toda la vida neuro-vegetativa y del que depende la mayoría de la patología psicosomática. La emergencia externa del neumogástrico inerva parte del tímpano y conducto auditivo externo y se conecta, o mejor dicho se anastomosa con el nervio glosofaríngeo que es el responsable a la vez de la inervación de la Trompa de Eustaquio y de la faringe. Es precisamente en la faringe donde se encuentra una de las manifestaciones mas importantes de la ansiedad y la angustia. El neumogástrico inerva también el corazón a nivel de las coronarias y asimismo envía hilos nerviosos que se dirigen e inervan a los bronquios, también el estómago, el bazo, la vesícula biliar, el recto, órganos genitales, etc.
En fin , lógicamente podemos alterar su buen funcionamiento solo con que el complejo osteomuscular del oído medio no permita una correcta vibración a nivel timpánico, o sea podemos provocar una sobreexcitación del neumogástrico con todo el abanico de posibilidades correspondientes a la lista de patologías de orden funcional.
Esto nos lleva a pensar en las posibles reacciones vagales  del lactante ante entornos ruidosos a los cuales no puede hacer frente todavía por la inmadurez de su aparato auditivo de acomodación. También hay una manifestación en el niño que debería ser punto de partida de un estudio exhaustivo en cuanto a su situación relacional y emocional; la intolerancia a la leche . No me refiero al síndrome de malabsorción de la lactosa llamado también alactasia. Esta es una enfermedad que corresponde al grupo de las catalogadas como "errores congénitos del metabolismo ".
La intolerancia a la leche o mejor dicho a la lactosa es un proceso de carácter transitorio debido a un retraso en la maduración de un fermento intestinal que es necesario para que esta sea hidrolizada; este fermento es la lactasa. Entra de lleno en el campo de la actividad intracelular; recordemos lo que citábamos en relación al estrés intracelular y sus consecuencias. O por ejemplo, la intolerancia a la leche de la madre !!No deja de ser aberrante que el lactante ( al que se le llama así porque se alimenta de leche ) presente una intolerancia precisamente al único alimento que puede y debe tomar.
Esto nos lleva a la reflexión una vez mas y nos que obliga a profundizar una y otra vez en la relación madre-feto.
Otra de las manifestaciones más claras de la falta del deseo de escucha en un niño son las otitis. No es un tema que vaya a desarrollar ampliamente, ya que por su importancia merece más profundidad y extensión pero cuando un niño por decirlo así "cierra su oído" se ve obligado para regular el juego de presiones a nivel del oído medio, a abrir la Trompa de Eustaquio. La Trompa de Eustaquio es un conducto que comunica el oído medio con la faringe. La abertura de la misma permite el paso de serosidades y mucosidades que favorecen la producción de las otitis. Una otitis en un niño, no tiene más importancia, tampoco dos o alguna más, pero cuando se suceden repetidamente hay que explorar concienzudamente, el entorno del niño y las respuestas emocionales al que se ve obligado a recurrir. Es decir, el pediatra debe llevar a cabo un estudio exhaustivo de la escucha del niño y de su psicología. Lo importante no es tanto lo que ocurre sino como lo vive el niño, esto no hay que olvidarlo jamás .
Todo ello y más, ya que el campo es interminable, lo iba yo descubriendo poco a poco de la mano de mi maestro, el cual añadiría paulatinamente datos y fenómenos que operaban en mi un gran cambio. Se iba derrumbando el  edificio de viejas  creencias y a la vez se iba construyendo otro en el que almacenaba nuevas experiencias, junto con mi bagaje profesional que siempre he tenido en cuenta y que jamás he despreciado.
Mi vocación pediátrica y mi actividad en este campo me proporcionó siempre un sinfín de experiencias extraordinariamente esclarecedoras. De los niños aprendí quien es ese niño que llevamos dentro y que con su historia dirige demasiado a menudo nuestros pasos y nuestra forma de actuar en la vida. Para entender al adulto hay que ver el niño que lleva dentro y por esta razón que creo que  fue importante empezar mi andadura a través de esta especialidad.
Puesto que poseo una formación musical superior he tenido siempre especial interés en aconsejar a los padres la educación musical para sus hijos. Para tocar un instrumento es imprescindible el diálogo inter-hemisférico cerebral, hecho importante para el buen funcionamiento del mismo. Educa el sistema auditivo y lo prepara para recibir correctamente los estímulos periféricos. Acciona  también sobre el sistema vestibular, es decir la motricidad, el equilibrio y la coordinación a través de la adquisición del ritmo. Además del diálogo a nivel emocional  que se va a instaurar, se educa en lo estético y lo armónico  siendo una de las actividades principales que se dirigen directamente a la esencia del niño. Volveré a este tema mas adelante .
Mientras, puede ser interesante también, hacer algunas reflexiones sobre que tipo de educación académica escogemos para nuestros hijos. Cuantas posibilidades contiene la educación y la enseñanza para acudir a la ayuda de nuestros hijos ¡y a cuantos peligros también están expuesto en las aulas escolares!
El ritmo de trabajo, el conocimiento por parte de los maestros del tiempo que necesita un cerebro infantil sano para integrar un conocimiento y de que debe ir acompañado este procesamiento cerebral. La importancia de la serenidad en el aula, del silencio para aprender, de la alegría para motivar, de la educación sin exigencias, la voz del maestro, la cadencia de su lenguaje, la capacidad de escucha del mismo etc .
Yo insisto en que en las escuelas deberían conocerse los mecanismos neuro-fisiológicos propios de la escucha, así como todos los mecanismos neuro-funcionales capaces de conseguir una buena comprensión lectora. No puede ser que se hable de la atención sin saber a que esta ligada, como se genera y que derivaciones tiene. Encima que se de una medicación para que este niño "escuche “" …….las famosas "pastillas de portarse bien", ya absolutamente desprestigiadas en ambientes científicos acreditados. Diagnósticos que presumen ser acertados y que desgraciadamente empujan con la administración de peligrosas  drogas, a un futuro de dependencias y adicciones graves.
Las pediatras tenemos que defender a los niños de esto!, el niño con falta de atención y si además tiene hiperactividad, es un niño ansioso habitualmente gestado por una madre ansiosa (aunque no siempre) y con errores en la dinámica educativa que recibe. El error es considerar el efecto como la causa. No podemos tener la irresponsabilidad de dejar que se le administren anfetaminas y otras medicaciones no menos nefastas, antes que buscar soluciones mas lógicas y mucho menos agresivas.
Es una triste realidad, los médicos a veces nos hemos dejado llevar por informaciones  recibidas como "pseudo-evidencia científicas" y algunas descripciones de enfermedades hechas a medida  para asegurar el consumo de medicamentos que benefician más a los laboratorios que a los pacientes. Luego, nos atrevemos a poner en tela de juicio terapias que llevan, miles de años utilizadas por la humanidad con eficacia, como puede ser por ejemplo la acupuntura.
En el ser humano, a menudo, la llamada evidencia científica de técnicas terapéuticas, es el solo hecho de que cientos y miles de personas se han beneficiado o se están beneficiando de ellas con resultados excelentes. Esta es una gran evidencia científica …..
La actitud defensiva de la medicina actual no responde más que al miedo de algunos profesionales  de perder el control, el dominio y la potestad sobre el enfermo. O a la dificultad por exceso de ego de aceptar que desconocen algo. Solo con una pequeña reflexión y permitiéndonos los médicos, cuestionarnos que a lo mejor,  las cosas irían de manera más saludable para el paciente si pudiéramos intentar hacer el esfuerzo de entender que el cuerpo humano no es una máquina sino que es el soporte de una esencia humana que piensa que siente, que sufre y que tiene el mismo miedo que nosotros de perder la partida .
Ya lo he dicho anteriormente no podemos confundir el efecto con la causa, es andar en dirección equivocada. Todos los sistemas terapéuticos del mundo se basan en unos conocimientos que parece ser que la biomedicina moderna ha olvidado... que somos una versión reducida  del macrocosmos. El ir y venir de nuestra química corporal esta ligada a las horas del día, a las estaciones …etc. y que además somos emanaciones de algo absolutamente ajeno a nosotros.
Así que estos conceptos son un poco distintos de los que priman en nuestros centros de atención médica. Creo que ha llegado el momento de abrir nuestra mente y añadir al fantástico progreso de la medicina la insustituible evolución de la persona del médico.
Antes de decidir que necesitamos cambiar, sentimos el lógico miedo y la normal intranquilidad de lo desconocido que nos genera inseguridad. De la misma manera que la esperanza y las expectativas que la acompañan suelen dar un excelente resultado en la vida, ahora debemos despertar y aceptar ideas y creencias nuevas con la esperanza de abrir camino hacia nuevas respuestas no convencionales. Uno de los puntos de partida es evitar opinar sobre técnicas que desconocemos en profundidad y no sentirnos obligados a decir algo sobre ellas porque sentimos la exigencia que debemos  poder contestar a la pregunta que nos formula nuestro paciente bajo el peligro de "quedar mal"
Tenemos que hacer esfuerzos para mejorar esta situación. Todos hemos tenido nuestra historia, nuestra alegría al obtener el título de médico, nuestro miedo ante los primeros pacientes, el escalofrío de la responsabilidad. Pero también muchos de nosotros hemos buscado, hemos abierto nuestra mente y no nos hemos contentado con lo que nos habían enseñado en la Universidad. Ante las evidencias  que nos mostraron  nuestros enfermos, no quedamos indiferentes y quisimos explorar caminos nuevos y obtener nuevas enseñanzas. Con más o menos dolor sufrimos en nuestras carnes a menudo el rechazo y la incomprensión aunque jamás de parte de nuestros pacientes quienes fueron los que nos dieron la fuerza para continuar.
A ellos les debemos estas evidencias  que nos suministraron para entender que no estábamos en caminos erróneos .
Ahora ya con cierta perspectiva, observo el camino recorrido y me doy cuenta que de cada experiencia vivida , de cada paciente que ha pasado por mi consulta , he aprendido muchísimas cosas. Parece además que cada uno de ellos deje un valioso regalo . A mi me gusta experimentar  esta  sensación y finalmente  creo haber comprendido, este regalo es la fuerza para continuar. Puesto que el camino no me ha sido llano agradezco de corazón este inmenso regalo. Aunque actualmente las cosas han cambiado mucho, sigo necesitando este empuje para sentir que aprendo sin solución de continuidad .
Hoy en día la técnica Tomatis evidentemente ha sufrido una evolución propia de los avances que experimenta la ciencia y muy especialmente la Neurología . Ya casi no deberíamos llamarla así. También hay que lamentar algunas desviaciones oportunistas e interesadas. Contra esto no se puede ni se debe luchar, corresponde a la historia del ser humano, siempre habrá quien no respete, ( seguramente por no haber entendido ) lo descrito por quien nos dio un elemento base que alcanza una extensión extraordinaria en el campo de las ciencias de la salud y de la humanización.
Una terapia no puede basarse en el funcionamiento de una máquina, grave error quien crea que el ser humano puede reducirse a evolucionar por el simple hecho de estar conectado a un complejo electrónico por sofisticado que este sea .
Mi encuentro con el Dr. Tomatis al que después me unió una profunda amistad y afecto, fue un acontecimiento importante en mi vida. Tuve el respeto del maestro y la generosidad de permanecer a mi lado en todo momento. Seguir a su lado hasta su desaparición fue un acto de responsabilidad y de devoción. Creí y crecí con su trabajo, entendí sus investigaciones y vi su calidad humana, rara en nuestros tiempos.
Es verdad que como médico no ha sido fácil para mi, pero yo no estoy atrapada por el pasado, tampoco soy una guerrera, soy una mujer que se ha apuntado a la vida en la dimensión que me ha tocado vivirla. No me gusta perturbar el orden natural de las cosas, pero mi encuentro con Tomatis me permitió ahorrarme muchos errores, ganar mucho tiempo y aprender a vivir más allá de lo que conocía ….
Por otro lado, comprendí la participación de la energía en nuestras vidas. La medicina lo suele olvidar, pero  la física cuántica nos lo recuerda permanentemente. De la transformación de un impulso nervioso a una percepción sensorial, la neurología nos dice poco todavía. Así que no cerremos las puertas al  lógico avance de la ciencia. Estemos a la escucha, ya que dentro de nosotros y en el universo esta todo, solo hace falta que lo sepamos hallar.
En mi caso agradezco la comprensión y la escucha de tantos, todos me han sido indispensables para cumplir una de las obligaciones del ser humano; crecer y transmitir. Agradezco la incomprensión de otros porque me han permitido, crecer también  y tener mas fuerza para seguir.
Puesto que conocí a Tomatis y entré en contacto con todo su trabajo y con sus  investigaciones cuando estaba de lleno volcada en una de mis especialidades, la Pediatría, es obvio pensar que profesionalmente recibí un fuerte impacto que influyó poderosamente en la concepción de esta especialidad. Algunos años, bastantes, de ejercicio, una autentica vocación y un gran amor a los niños, fueron la premisa i el profundo deber de traspasar el umbral del convencionalismo conformista y dar un contenido sólido y riguroso a la inicial curiosidad. La modificación de conceptos a la que me vi obligada después de descubrir la olvidada participación de la vida intrauterina y del oído en la salud del niño,  se complementó con mi encuentro con distintas disciplinas todas ellas orientadas a profundizar en la unicidad del ser humano.
Los pediatras estamos acostumbrados a ver habitualmente patologías respiratorias, digestivas, dermatológicas….. Muchas de ellas manifestaciones somáticas de patrones psicológicos y temperamentales o traducciones propiamente dichas de  situaciones que el niño se ve obligado a vivir. Es ahí donde los pediatras tenemos posibilidades fantásticas de acceso terapéutico a través del trabajo de la dimensión neurofisiológica de la escucha y a profundizar de manera exhaustiva en el conocimiento de la neurología funcional que nos lleva a la aplicación de la medicina neuro-emocional. Cosa que recomiendo encarecidamente a mis amigos colegas.
Que ocurre cuando en neurología decimos …."Las piezas están ahí ….pero la función no es la correcta". Es el momento de adentrarnos en el cerebro a través de lo sensorial. Mi querida pediatría tiene todavía muchas cosas que aprender. Necesitamos tener un profundo sentido de humildad  para que, sin despreciar el avance de la ciencia que nos ha permitido salvar la vida de tantos niños, podamos incluir técnicas que nos acercan de lleno a una parte muy útil de la medicina: la prevención y la comprensión de procesos que nos llevan a ella.
El pediatra debe  ser un buen conocedor del alma infantil y ser capaz de implicar a los padres en el maravilloso arte de educar. Tiene que informarles, para que conozcan  que es exactamente educar en la salud global. Explicarles en que consiste la adquisición del lenguaje y que relación tiene con la vida psíquica del niño, de que se trata la maduración emocional, que es el desarrollo psicomotor, cual debe ser la función del padre , cual la de la madre ..etc.
No se trata de que el pediatra reciba un informe exhaustivo perinatológico o neonatológico, se trata de que aunque buen conocedor de estas disciplinas debe preocuparse de ser buen conocedor también de técnicas complementarias de forma exhaustiva basadas en los avances científicos que nos descubren e insisten en la existencia de un psiquismo fetal. Psiquismo que esta en resonancia con el de la madre y a cuyos ritmos y humores se adapta. Es inútil seguir tratando sobre el cuerpo sin tener en cuenta lo que hay detrás de una manifestación tan explicita como es una enfermedad .
Tenemos el deber de estar abiertos a todo lo que nos puede proporcionar  mas conocimientos sobre nuestra excepcional tarea sin dar nuestra opinión sobre técnicas de las cuales no tenemos un conocimiento riguroso y total.
Deberíamos profundizar en mecanismos que todavía desconocemos, porque la corriente, a veces impuesta por factores extra médicos , como pueden ser unas industrias farmacéuticas nos ha mantenido alejados de ellos .
Hay todavía mucho camino por recorrer a favor del niño. A la investigación sobre la comunicación intrauterina le falta todavía investigación fructífera que nos de mucha mas luz .
En cuanto a la educación, hay también tanto que decir! Si bién es cierto que la educación “libre” propugnada por algunas corrientes educativas, ha demostrado clara mente sus peligros y su insuficiencia, la excesivamente autoritaria perjudica seriamente el desarrollo  de la personalidad del niño. Es necesario encontrar la justa medida, la educación equilibrada basada en el respeto, la generosidad y la responsabilidad .
Padre y madre, deben ambos cumplir una tarea delicada y difícil para que el hijo pueda en un futuro integrarse en la sociedad donde le toque vivir. Esta tarea empieza el primer día de vida, no se puede desperdiciar el tiempo, la labor debe ser permanente cual prueba de regularidad.
Al llegar al final de la etapa, la recompensa se cifra en la satisfacción de haber conseguido que el ser al que tantos cuidados se le han deparado, es una persona libre, responsable, sin alteraciones psíquicas, dotado de valores espirituales elevados y amplios.
El niño, de acuerdo con su temperamento, necesita sentir la autoridad amorosa de sus padres y en las diferentes etapas de su formación irá tomando conciencia de su situación en el grupo familiar. Este grupo familiar debe ser equilibrado para que entienda y vaya integrando a la vez las referencias necesarias para construir correctamente su personalidad.
Al principio, es posible que trate de desequilibrar el sistema trayendo a su terreno ventajas y privilegios. Si lo padres son emocionalmente estables y responsables de su labor, no toleraran este intento de desviacionismo y corregirán toda intención  de invertir el orden jerárquico familiar. 
Pero por desgracia esto no siempre ocurre así; padres y madres débiles de carácter y a menudo desconocedores de la gravedad de las consecuencias, ceden ante caprichos y exigencias de su hijo, el cual, desde las primeras etapas, ya logra alcanzar cotas altas de mando, llegando incluso a invertir sus valores.
A partir de este punto, los padres estarán supeditados al menos  capricho de sus hijos. Los castigos, represiones y amenazas no van a lograr ningún resultado, el mal ya esta hecho.
El hijo que al final ha logrado la supremacía familiar, se ha ido situando lenta y lamentablemente, año tras año, en un terreno en que las neurosis infantiles son abundantes. No digamos ya los trastornos de hiperactividad, falta de atención y otros, los cuales serán diagnosticado desgraciadamente y tratados con sustancias más desgraciadas todavía!
Tan peligrosa como la anterior, es la situación inversa. Padres que ejercen su autoridad exageradamente, con grandes exigencias y rigores. Los hijos viven atemorizados generando cuadros clínicos de angustia y ansiedad que les provocan a menudo importantes somatizaciones. Temerosos de que cuanto hagan o digan no sea del agrado de sus severos padres, desarrollan trastornos en su estructura temperamental. Aprenden a reprimirse y a suprimir su propia personalidad y lo que es más grave, reprimen cualquier manifestación de alegría o de cariño.
Pueden caer lentamente en el terreno de la mentira, el disimulo o las enfermedades fingidas. En estos tristes casos, los familiares más allegados a los padres no suelen aportar nada demasiado positivo para la educación del niño y con demasiada frecuencia pueden ser elementos todavía más perturbadores del equilibrio familiar.
No quiero terminar este capitulo sin citar la importancia de la voz de los padres en la educación. Me refiero a la intensidad, modulación adaptadas a cada momento concreto. El primer principio que deben tener en cuenta los padres, es que los niños van a emular su manera de hablar, si una madre chilla el hijo va a chillar. Si una madre habla con un tono demasiado alto, el hijo va a hablar de parecida manera.
Esto es muy importante ya que a veces amonestamos a nuestros hijos porque hablan demasiado alto o porque con su voz quieren imponer. Hay que preguntarse de que manera hablamos nosotros y como nos dirigimos a ellos. Ni que decir tiene el cierre de la escucha que se puede provocar en un niño por el mero hecho de hablarle con un exceso de decibelios. La inmadurez del oído infantil en cuanto a la acomodación es el responsable de que deba cerrar la escucha a unas frecuencias que le son molestas. Cuando para educar debemos gritar, el fracaso educativo esta presente y asegurado .
Otro error importante es la afectación del lenguaje dirigido al niño. Cuantas veces observamos lenguajes afectados que al niño no le producen ninguna felicidad porque los integra como deformes y extravagantes. O maneras de dirigirnos a ellos con un exceso de términos mimosos que producen un discurso no motivador de la escucha.
Y para terminar aconsejo a los padres que establezcan un clara diferenciación entre expresar la aceptación de una acción por parte del niño  o expresar un rechazo. El discurso no puede ser jamás el mismo. El niño tiene que poder distinguir desde el primer instante el lenguaje reprobatorio del normalmente cariñoso, no se puede reprender y colocar al final de la frase la misma palabra cariñosa que usamos cuando aprobamos.
Todo esto no es más que la proyección de las inseguridades y de los sentimientos de culpa que habitualmente tienen los padres. Por esta razón y después de dedicarme años a aconsejar sobre educación infantil, insto a los padres a llevar a cabo un trabajo personal para que la dinámica educativa con sus hijos  sea lo mas excelsa posible.

Capítulo 7: Desde una nueva prespectiva

Bien, pues a veces suceden cosas como las siguientes , estudias medicina, escoges una dirección académica con clara vocación y la vida, bajo el manto de la inquietud y la pregunta constante, te coloca en circunstancias totalmente imposibles de prever que te dan la oportunidad de dirigirte a campos distintos  y tomar decisiones lejos de lo previsto. Fascinante a mi modo de ver, rigurosamente vibrante y capaz de conseguir importantes motivaciones en el  recorrido y duración de una vida. Así me ocurrió a mi como a tantos otros.

Tengo sobre mi ,cuarenta y cuatro años de experiencia en el ejercicio de mi profesión y como es de suponer, de mi encuentro con el Dr. Alfred Tomatis, queda en mi haber todo el conocimiento que tan generosamente me dio y me ayudó a comprender  sobre el ser humano y su globalidad. La total convicción, de que sin escucha no hay un buen nivel de conciencia ni una auténtica comunicación. Que de esta escucha dependen neurológicamente el funcionamiento con normalidad de infinidad de estructuras neurológicas que precisan para la correcta utilización de la globalidad que da el proceso integrador sensorial. Que sin la presencia de esta dimensión humana, se pierde la serenidad  y la autentica percepción de quien somos en nuestro ser más profundo. Y que la evolución humana, debe mirar hacia esta cualidad neuro-anatómica–funcional para dirigirse a la trascendencia.

Durante todos estos años, he vivido muchas horas en la observación atención y escucha a los sufrimientos de mis pacientes, llevándome todo ello a poder afirmar que si la adquisición de la escucha valiéndonos de la metodología de la estimulación neuro-sensorial auditiva que nos proponía Tomatis, es importante, no es menos importante adquirirla también a través de medios colaterales que pueden hacerla asequible a un numero mayor de personas que precisan para alcanzarla, métodos de mayor accesibilidad.

La técnica del Dr. A. Tomatis es extraordinariamente efectiva, útil y muy beneficiosa. Aunque no sencilla de llevarse a cabo. En primer lugar precisa un tiempo que no siempre el paciente dispone y su coste suele ser elevado. Sin invalidar una terapia tan extraordinaria como esta, ha sido  necesario encontrar la manera de que muchos de los pacientes a los que no les es posible acudir tan a menudo a una consulta para llevar a cabo las estimulaciones con el material especializado, puedan beneficiarse con ejercicios estrictamente elaborados con base neuro-funcional, que les van a permitir  obtener resultados también satisfactorios.

Las técnicas que llevan implícita la utilización de materiales electrónicos para ser utilizada, no están exentas de peligros. Puede confundirse lo terapéutico con la técnica. Se puede prestar mas atención al funcionamiento del material que a la preparación del terapeuta que va a utilizarlo. Además no van a faltar los oportunistas que aprovechen para organizar sus negocios de ventas.

Tampoco estoy  a favor de asociaciones y afiliaciones que son fuentes de terapeutas clónicos sin libertad de acción ni posibilidad de madurar y  crecer en el arte terapéutico multidisciplinar.

Otro peligro es, confiar que una máquina puede conseguir que ahuyentemos nuestras desgracias, errores vitales y que pueda devolvernos  nuestra felicidad y bienestar. Tampoco esto es cierto, una máquina nos ayuda a agilizar el proceso que hayamos iniciado, pero este no avanzará si no esta presente la participación  personal en su totalidad  y el claro deseo de dirigirse hacia el cambio con la voluntad de poner todo el ser al servicio del proceso evolutivo en compañía del terapeuta.

El progreso nos ofrece artilugios que habitualmente son presentados como mágicos equipos que harán el trabajo por nosotros. No es así y de esto hay que informar con claridad. El ser humano es de una gran complejidad y todos los sistemas terapéuticos reduccionistas, es decir, que se basen en la creencia de que una máquina lo va a hacer todo, están en el campo mecanicista y este campo, afortunadamente, va desapareciendo con el despertar profesional cada vez mas rigurosamente preparado para asumir el acompañamiento hacia el encuentro con la conciencia profunda del ser.

Así que después de un correcto diagnostico basado en el saber del terapeuta y valiéndose de las pruebas, que crea oportunas, decidirá si esta integración sensorial es necesaria para el caso en cuestión y la manera  de llevarla a cabo. Si considera que puede ser de gran ayuda al paciente tendrá que determinar que tipo de programación y con que parámetros auditivos aplicara la técnica correspondiente. No valdrán protocolos preestablecidos propio de terapeutas que no poseen la madurez suficiente para definir que es lo que necesita el paciente en el momento en que se encuentra. Posteriormente al trabajo de abertura de la escucha e interpretando en cada momento la evolución que presente el paciente  y el punto en que  se encuentra a nivel de la conciencia profunda de si mismo, evaluará la posibilidad de iniciar el trabajo personal terapéutico a fin de aprovechar al máximo el trabajo neuro-sensorial que se ha estado llevando a cabo.

Como he citado ya en alguna ocasión, esta estimulación sensorial llamada al principio con el nombre Método Tomatis, se ha beneficiado a lo largo de los años, de los avances en las neurociencias y seria imperdonable que se utilizara de manera obsoleta, un terapia con un valor y unas bases neurológicas tan extraordinarias.

Me satisface llevar de la mano a mis alumnos en los cursos de formación y seminarios, hacia una nueva etapa en la que las definiciones han cambiado y también la aplicación de lo que mi maestro me dio con tanta generosidad. Hoy en día desde la estimulación sensorial auditiva, hablamos de medicina Neuro-emocional para los médicos y de Escucha Evolutiva para el resto de terapeutas y a través de estas dos disciplinas avanzamos en nuestra Escuela Terapéutica a fin de no oponer ninguna resistencia al normal avance de la ciencia tanto médica como terapéutica .

Para ello formamos no solo en la aplicación de una técnica,  sino en el entendimiento a nivel metafísico y neurológico en toda su extensión,  de un concepto tan  humanamente elevado como es la dimensión de la  Escucha y las distintas maneras de llegar a ella .  

En todo trabajo de adquisición de la Escucha a través de la integración sensorial auditiva, se tiene  siempre en cuenta que esta dimensión va mas allá de la audición propiamente dicha.  En esta terapia, existen varias fases que de manera progresiva van introduciendo a la persona en una dinámica de conexión consigo misma y de experimentación de su ser. Bien es verdad que es necesario a la vez poseer el firme propósito de reconocer  aquellas zonas oscuras y aquellas creencias adquiridas en el recorrido de nuestras vidas que irán apareciendo a medida que la conciencia de si mismo se hace presente. Esta, se hace presente de manera poderosa, separándose de su identificación con el “yo mental” falso, engañoso y sufridor.

En una primera, fase hay una disminución del estado ansioso y en su lugar aparece un cierto estado de agradable serenidad que permite reencontrarnos con más tranquilidad con nosotros mismos. Es como una corriente subterránea de paz y tranquilidad.

En realidad es un despertar hacia la posibilidad de plenitud a la que todos podemos acceder. En esta fase aparecen también resistencias originadas por pensamientos que pueden generar sentimientos de malestar. Cualquier pensamiento que deriva de nuestra manera habitual de vivir o de reaccionar frente al mundo,  determina la medida de resistencia a un cambio. Ejercen a modo de barrera bloqueando la posibilidad de entender que podemos ver y vivir el mundo que nos rodea de manera diferente.

Pero lo verdaderamente importante de esta primera fase es la disminución de la ansiedad y habitualmente la tensión emocional si la hay, incluyendo los estados ansiosos que tenemos y de los cuales no somos conscientes de ello.

En la fase siguiente y siempre acompañado por un terapeuta, va apareciendo o fortaleciéndose poco a poco  la conciencia corporal. Esto nos indica en que área cerebral estamos accediendo. Sin duda estamos trabajando el integrador  neuro-funcional vestibular-cerebeloso, que depende en parte  del vestíbulo auditivo (órgano del oído que tiene como función regular la coordinación del movimiento y el equilibrio corporal). Es un momento interesante que nos va a permitir la posibilidad de poder llevar a cabo un sin fin de técnicas de trabajo corporal. En esta fase se avanza en la decodificación del lenguaje del cuerpo a nivel del tejido duro (los huesos) y de los tejidos blandos (los músculos, la piel y los órganos). Todo ello refleja, como veremos más adelante,  experiencias que hemos vivido, actitudes adoptadas y modelos mentales. Con nuestro cuerpo nos movemos, nos expresamos y pasamos a la acción. Así que es muy importante que adquiramos la conciencia de todo ello. Es un primer paso al que se le debe prestar la debida atención.

Es especialmente interesante y a la vez muy útil, que se establezca un diálogo perceptivo con el cuerpo y con los órganos para poder atender a la presencia de los centros de actividad. La cabeza, la columna vertebral y las extremidades, con las que en parte nos movemos y desplazamos y por otra gesticulamos al expresarnos sea con el  lenguaje o sin él. En algunos casos puede ser conveniente aconsejar alguna manipulación de reequilibración postural  efectuada por un osteópata .

La conciencia corporal deben acompañarnos durante nuestra vida ya que vivimos sumergidos en un cuerpo hasta el final de nuestros días y es sumamente interesante entrar en el conocimiento de la sabiduría corporal.

Existen ejercicios que pueden acompañar esta etapa, los más útiles se harán con los ojos cerrados activando la escucha del cuerpo y a través del cuerpo aprendiendo a sentir el espacio que nos rodea que no es más que el universo y que colinda con  el limite impuesto por nuestro cuerpo: la piel

Quizás esta es  la razón del porque la piel que nos cubre y nos protege esta tapizada por una célula que no es  mas que una célula auditiva (célula de Corti) la cual ha perdido su aparato ciliar conservando un único cilio, el pelo. En esta fase pueden aparecer sensaciones de tensión, incomodidad, dolor etc., son signos inequívocos de que el cuerpo ha cristalizado emociones negativas. También son convenientes en esta etapa los ejercicios de diálogo con nuestros órganos, especialmente necesario para trabajar después con los ejercicios de sanación.

Es interesante observar como cada uno de nosotros presenta dificultades diversas ante el hecho de conectar con alguna de las partes de nuestro cuerpo. Habitualmente solemos desconocer claramente algunos detalles en la forma de nuestra cara, nos cuesta percatarnos de que una mitad es distinta de la otra, también presentamos dificultades en concienciar la extremidades inferiores y la parte superior de nuestra espalda. Existen algunas razones para ello.

Aconsejo incluir los ejercicios de respiración siempre con el cuerpo debidamente hidratado. Y finalmente es importante también, si existe algún tipo de dolor o de malestar, que el paciente no lo considere como un “enemigo” sino como un mensajero que trae información... una valiosa información. provienen de los órganos de los sentidos, son de gran utilidad y ayuda .

En las fases siguientes, de manera progresiva, van apareciendo poco a poco la identificación de actitudes, de pensamientos repetitivos, de códigos y creencias adquiridas, en una palabra, se entra de lleno en la conciencia mental. Paulatinamente, con el acompañamiento del terapeuta y la decisión personal de avanzar en el conocimiento de si mismo, se va descubriendo que es lo que  esta pasando fuera y dentro de si mismo. Es un momento importante en el que se van reconociendo los sentimientos que se han ido  generando a lo largo de nuestra historia personal. Podríamos decir que se va abriendo una cierta "conciencia emocional"

Hay que intentar siempre trabajar, desde el presente y con una actitud firme de esperanza, energía  y positivismo que el terapeuta debe saber contagiar. De esta manera se  dirige al paciente hacia su interior y  hacia su conciencia emocional, sin juicios ni culpas ni castigos.

A las "dos conciencias", la mental y la emocional, es necesario activarlas conjuntamente ya que una no va sin la otra o mejor dicho una depende siempre de la otra. La conciencia mental, solo posee la capacidad de comprender y analizar y la conciencia emocional posee la capacidad de reconocer las emociones que han despertado nuestros pensamientos. Hay que acceder suavemente al reconocimiento de estas emociones, sin juzgarnos, sin castigarnos y sin estremecernos ante su identificación. Lo que terapéuticamente se consigue con la estimulación neuro-sensorial integradora es penetrar profundamente en el cerebro y abrir nuevas rutas que refuercen las redes de conexión establecidas en la profundidad del cerebro. Los avances en neurociencias nos insisten en la importancia  de la participación de los trayectos sensoriales y sensitivos en el fenómeno de la cognición, siendo muy valiosa  la activación de los circuitos senso-motores en la estimulación  neuro-sensorial. Además no hay que olvidar, porque ejerce una importante contribución  sobre estos mecanismos, la influencia del estado emocional, ya que intervienen de manera   poderosa y fundamental  en el diálogo entre el cerebro cognitivo y el cerebro emocional.

En realidad es un juego dialéctico entre el córtex cerebral o también llamado cerebro cognitivo  y el sistema  límbico llamado también cerebro emocional. El cerebro cognitivo es una especie de “disco duro” en el que se van a almacenar conocimientos aprendidos experiencias derivadas del exterior junto con la capacidad analítica. El cerebro emocional será el “disco duro” en donde se van a almacenar todas las sensaciones percepciones y emociones, aunque no seamos conscientes de ello, vividas desde el claustro materno hasta nuestros días.

Este importante diálogo, debe poder mantenerse en equilibrio sin que prime el cerebro cognitivo sobre el emocional o este sobre el cognitivo. Los dos "cerebros" pueden estar en perfecto diálogo o por el contrario en franca competencia disputándose el control. En realidad, la ansiedad tiene que ver con la saturación y control de una parte sobre la otra. Así que de ello dependerá el desequilibrio o el equilibrio entre el pensamiento la emoción  y la vivencia corporal. Es importante conseguir que se pueda regular la saturación a nivel emocional y a la vez disminuir el excesivo control sobre las emociones. En una palabra el equilibrio.

En realidad el diálogo debe ser de cooperación y la serenidad y la armonía interior que aparecen en esta fase de la terapia, tiene directa relación con esta dinámica de cooperación. Para que nuestra mente cumpla debidamente su función debe siempre actuar en total globalidad, aunque  cada parte puede tener adjudicada una función, no podrá ejercer su cometido sin la totalidad del mismo. El emparejamiento de los "dos cerebros" nos ayuda a llevar a cabo una correcta vida psico-afectiva .

El cerebro emocional, fisiológicamente conectado al cuerpo y ayudado a su vez  por el cerebelo, es el encargado de establecer el diálogo a nivel físico-químico con el cuerpo en el intrincado acto del sentir de nuestras emociones. Es una "central" a la que llegan permanentemente de retorno informaciones provenientes del cuerpo con lo cual de esta manera puede hacerse posible la regulación del equilibrio homeostático.
Esto explica el hecho de que, las emociones, consecuencia de nuestros pensamientos, desencadenan un sinfín de alteraciones químicas que a su vez desestabilizan el equilibrio regulador. Así pues, tenemos la conciencia corporal, la mental y la emocional desencadenadas por la acción de la escucha a estos niveles y vemos también que las tres están íntimamente unidas para poder funcionar como un todo.

Cerrándose el bucle, el cerebro emocional mantiene el dialogo con el cerebro cognitivo y los dos, ayudados por el sistema vestíbulo-cerebeloso  establecen un conjunto al que se le añade además del equilibrio químico regulador, la profunda coordinación de nuestros movimientos y la conciencia a nivel corporal.

Es por esta razón que la estimulación neuro-fucional a través del oído o a través de ejercicios a distintos niveles, nos permite por un lado que el conjunto integrador vestíbulo-cerebeloso apoye el diálogo que se establece entre los dos “cerebros” ya que, cualquier acto a nivel sensorial, debe  atravesar el cerebro emocional para poder corticalizarse en el cerebro cognitivo. Recordemos que en la primera parte de este libro, citaba la diferencia entre un sonido oído y un sonido escuchado. El sonido escuchado lleva en si un trabajo previo de acomodación que da paso a la auténtica percepción. En el campo de la neuro-fisiologia auditiva este hecho es de capital importancia.

A todo esto, debe añadirse el potencial energético que posee el sonido gracias a la célula de Corti o célula Auditiva (citada ya anteriormente en este libro). El propio funcionamiento de esta célula, provista de una gran cantidad de mitocondrias y de un aparato ciliar en su parte apical, proporciona una elevada cuantía de energía para la función primera cortical y subcortical cognitiva y para que se establezca el diálogo con las subyacentes e importantes estructuras.

No es mi intención extenderme en estos conceptos neurológicos que son propios de estudio en la especialidad de neurología, pero estoy convencida que es de capital importancia el que todos nosotros profundicemos, aunque sea someramente en estos conocimientos para poder entender de que se tratan terapias que, o por haber sido banalizadas o por no haber sido prestada la debía explicación, pierden el rigor que se les debe.

En esta avanzada  fase de la terapia, el terapeuta debe acompañar a la persona como decíamos anteriormente, hacia el más profundo posible conocimiento de si mismo, para que comprenda y sienta la necesidad de efectuar los cambios en su vida que le adentraran en la sabiduría de restaurar la globalidad e iniciar el camino hacia lo esencial.

Ineludiblemente esto tiene que ir acompañado por los ejercicios de escucha activa, la meditación y el silencio. Es así como se pueden ir eliminando las emociones tóxicas, llegar a saber "quienes somos", "quien queremos ser" y así empezar a dirigir nuestra vida desde la presencia y desde el ser, poniendo en acción todo el potencial que poseemos y que tan a menudo desconocemos.

Todo lo descrito, da acceso a la fase más interesante de toda terapia, el paciente atraviesa lo lógico, va más allá de lo intelectual  para adentrarse en la plenitud espiritual, creatividad y liberación del alma.

No me refiero a los términos religiosos sino a los metafísicos. La escucha ha pasado de ser un proceso físico para dar paso a la expresión de la libertad del SER. Cuando poseemos libertad emocional nos es posible construir crear e intervenir en nuestro propio destino. En realidad se trata de la escucha Universal de dimensión infinita, en ella existe, la compasión el amor la alegría, la paz y la profunda exploración y conocimiento de nuestra identidad esencial y metafísica. Es el desarrollo de un nivel de conciencia superior, que nos acerca a  allí donde se encuentran todas las posibilidades y todas las probabilidades, como auténticos regalos inscritos en nuestra trascendencia.

Justo en este punto, terapéuticamente, es posible penetrar en profundidad  en la intuición, en la creatividad y en la creencia de que nuestro deseo de cambio y de evolución no solo es posible sino un camino fascinante. Es la conexión con una realidad Superior que no se puede definir, que solo es posible experimentar, la Trascendencia  y es sin duda esto,  lo que en realidad nos transforma.

En esta etapa, los ejercicios que nos pueden ayudar son muchos y muy interesantes. No voy a citarlos en este libro ya que no es este el propósito, aunque dos de ellos son de cumplimiento obligado y no sustituibles: la meditación y la escucha del silencio a los cuales me referiré con mas detalle mas adelante.

El ser humano, pues, en el proceso de su existencia está llamado a la transformación y al crecimiento. Este proceso de desarrollo interno necesita en primer lugar, la voluntad de CAMBIO y por otra de elementos inductores que le ayuden a abrir todos los canales de percepción, del sentir, entender, conocer y así progresar.

Todas las técnicas que le lleven a una mayor percepción de si mismo van a ser de gran ayuda para que cumpla la difícil tarea de dirigirse desde su propia existencia, al SER.

La percepción visual de su entorno, la auditiva, la corporal, el lenguaje, su historia personal, sus conductas, sus deseos, su creatividad, etc.. La escucha, dimensión auditiva que va más allá de la audición, es una de las condiciones indispensables para el crecimiento humano. Aparentemente simple, posee la profundidad que le otorga el ser el punto de unión de la persona con su conciencia. Perder la escucha es de alguna manera perderse a si mismo en la turbulencia de la ansiedad que nos lleva a somatizar es decir, a expresarnos a través de nuestro propio cuerpo. Esta primordial función puede quedar bloqueada en algún momento de nuestra vida ya sea a causa de nuestros códigos de conducta, nuestras creencias aprendidas, conflictos emocionales o simplemente por algún proceso mórbido del oído.

La unidad del ser humano nos obliga a dirigirnos al camino que nos lleva a la conciencia de nosotros mismos y a ser elementos activos de nuestra existencia. En una palabra, a dirigirnos hacia el SER, que es en realidad nuestra verdadera naturaleza.

En este orden de cosas, las técnicas llamadas terapéuticas son importantes, útiles y básicas. Buenas la mayoría de ellas, nefastas otras, pero jamás ni una técnica ni una máquina por si sola, ha sanado a nadie, siempre ha coexistido la voluntad y la intencionalidad del cambio en el paciente y la presencia, (que no tanto la intervención) del terapeuta. Este siempre, sin creerse autor, ayuda si actúa desde el corazón y desde sus conocimientos. Así que no confundamos la herramienta con el acto terapéutico. Son dos elementos necesarios pero a los cuales hay que adjudicar a cada uno de ellos, créditos distintos.

Sea cual sea el camino que escojamos para acercarnos al ser humano, veremos que todos tienen en común su enorme complejidad. En todos ellos se constata un hecho remarcable: el ser humano, con capacidad para pensar, se encuentra inducido hacia una dinámica que le lleva  de forma consciente o no, al deseo y necesidad de expresar su trascendencia. A través de la función de la escucha, el hombre es capaz de comunicarse con su universo, del cual es traductor, utiliza su cuerpo como instrumento, el lenguaje como vehículo de expresión de su pensamiento y el desarrollo y conocimiento de su campo emocional como expresión de su SER.

En cuanto al cuerpo, necesitará de la conciencia corporal, de la motricidad y del gesto, interaccionando la recepción y la emisión (escucha corporal). Y en cuanto al lenguaje, habrá también exigencias para su realización, la verticalidad, la liberación de la mano y la lateralidad. En cuanto al conocimiento y desarrollo de su área emocional, necesitara la consciencia de si mismo y del propio equilibrio emocional.    

Vemos pues, y casi lo hemos olvidado, que en este fantástico viaje, interviene, el oído, el cuerpo, las emociones, los pensamientos y el alma y lógicamente pretender que una máquina lleve a cabo todo este espléndido viaje es una auténtico disparate. Lo que si es cierto, es que trabajar la actitud de escucha invita  al ser humano a conseguir que esta fuerza de la cual estamos provistos, aunque a veces este dormida, tome parte activa en nuestras vidas, pero es el estado preliminar .

Porque a todo esto le sigue la conciencia de esta escucha y a partir de ahí llega  la conexión con una realidad superior. Realidad que ya existe en el Universo.

Como he dicho ya en alguna ocasión, nuestro diseño humano, esta provisto de todo lo necesario para llegar  a ello, solo hay que despertarlo y activarlo. El acompañamiento sincero serio sabio  y afectivo de un buen terapeuta, condiciona que el resultado sea excepcional.

A veces nos es difícil explicar que es lo que nos ha ocurrido durante el transcurso  de esta terapia o que es lo que hemos estado viviendo con esta experiencia. En el tiempo, es posible que experimentemos emociones que no nos sea fácil describir. Puede que emerjan situaciones que creíamos resueltas, cambios de humor o experimentar tristeza. Esta dificultad en identificar algunas  de estas sensaciones, está causada porque habitualmente se experimentan en tiempos muy cortos. En estos casos, si el terapeuta sabe aprovecharlos,  son de una gran riqueza de revelación y testimonio. Y no olvidemos que en la neuroestimulacion sensorial (que ya hemos citado como basada en las teorías del Dr. Tomatis), una cualidad que le es propia, es la capacidad de poder relativizar aspectos que en un pasado parecieron muy importantes y fastidiosos y en la actualidad se presentan como carentes de valor.

El instructor o terapeuta, sabrá acompañar cada uno de los pasos que hay que seguir en función del caso en particular y de la evolución personal. No debe pretender manipular resultados  ni persuadir de los hipotéticos beneficios de la terapia. Simplemente debe escuchar para saber en que momento  puede y debe intervenir, rompiendo el silencio y dirigiéndose  al alma del paciente. Su presencia será siempre amorosa recordándonos  nuestro destino divino y nuestras potencialidades como potentes activadores  del proceso.

Debe recordarnos también, la intención de escuchar haciéndonos comprender hasta que punto nos puede llevar esta importante dimensión humana auditiva. Reducirá siempre que pueda la carga emocional negativa suministrándonos ejercicios que desbloqueen si es necesario la apertura emocional.

Capítulo 11: La Escucha Evolutiva

Es evidente  que la evolución de cualquier sistema exige cambios. Estos cambios han tenido lugar en la Técnica descrita por A. Tomatis, por la propia ley de la evolución. Han sido debidos, por una parte a la experiencia y por otro a los avances científicos que nos dan cada vez, más luz sobre los procesos cognitivos y del desarrollo personal.

El sistema descrito por Alfred Tomatis, fue en su momento una revolución  terapéutica. Como sistema, calificado de pasivo por la no necesaria participación e implicación personal, venia en parte a sustituir  a las dilatadas en el tiempo psicoterapias que primaban en la época.

Digo en parte porque tampoco llegaba  a completar  y a ofrecer lo totalmente necesario para conseguir una correcta evolución personal. El peligro consistía en dar a entender que una máquina podía hacer el trabajo por nosotros. Y aunque con la terapia se llegaba muy lejos, también es verdad que no lo suficiente. 

Aunque deducción equivocada, el mansaje que se transmitía era muy a menudo este. A lo largo de mis cuarenta años de experiencia, he ido constatando que el peligro sigue existiendo y permanentemente lo expreso con rotundidad a mis alumnos en los cursos que llevo a cabo de formación y lo tengo siempre presente  a la hora de informar sobre nuestro trabajo.

Es cierto y además importante que cualquier proceso de crecimiento personal, debe comenzar por restablecer la escucha. Estoy completamente convencida de ello. La escucha dirige a la persona hacia la conciencia de si misma y junto con la ansiedad son los dos elementos que hay que tener presentes antes de introducirse en terrenos más profundos. Si la persona no escucha o esta ansiosa o no tiene conciencia de lo elemental de si misma, poco trabajo se puede hacer, o será infructuoso o se dilatara mucho en el tiempo. No me refiero a la concentración y la atención sino a la ESCUCHA.

La concentración es como dirigir la mirada a un foco de luz sin embargo la escucha es "ver" el todo. Esta es la gran diferencia. Pero una vez la ansiedad resuelta (la técnica Tomatis es un potente ansiolítico) y la escucha esté presente, empieza verdaderamente el trabajo.

Por todos estas razones, siempre insisto que para conocer las bondades de la terapia del Dr. Tomatis, la cual conozco sobradamente ya que estuve a su lado bebiendo de la mismísima fuente durante años, hay que entender que se trata de un "paso previo", importante y muy eficaz, pero paso previo.

También es verdad que no siempre se ha utilizado la técnica con el debido rigor. Algunas veces alargándola excesivamente otras no llevando una buena dinámica en la consulta. Pero también hay que decir que existen terapeutas que la aplican con excelentes resultados y buena praxis. Muchísimos de ellos afortunadamente.

Mis últimos años al lado de A. Tomatis, al final de su vida, fueron sin duda los más interesantes para mi. La abertura y la proyección que él deseaba me dejo una herencia de conocimiento que me ha sido de gran utilidad. Me ha permitido avanzar y profundizar en las bases tanto neuro-funcionales como biológicas del interesante trabajo de investigación que él llevó a cabo durante tantos años.

Comprender que no hay terapias milagrosas, que quien obra los milagros somos nosotros mismos, nos da una perspectiva bastante distinta. No debemos esperar que nadie lleve a cabo por nosotros lo que nuestra potente conciencia y diseño humano puede hacer.

Podemos y debemos descubrir el fascinante y sublime arte de sanarnos, sanar nuestras emociones, sanar nuestras vidas. Por lo tanto, se inicia una etapa de abertura y cambio, consecuencia de la suma de las enseñanzas de mi maestro y de mis años de experiencia con miles de pacientes .

En este momento profesional y con la experiencia que me avala, puedo decir que la terapia del Dr. Tomatis  en su aplicación más clásica, se ha convertido en la actualidad en una potente herramienta abierta a campos de aplicación antes no explorados. Es por ello que ha sido necesario un nuevo nombre que contenga en si mismo y que indique la extensa proyección y el alcance de su correcta  aplicación.    

Los terapeutas que se formen en esta técnica tienen que introducirse en el conocimiento profundo del potencial del alma  humana, comprendiendo que la sabiduría se encuentra en la misma naturaleza de las cosas y su armonía.

No aconsejo que el terapeuta se forme de manera insuficiente y posteriormente se asocie  a Asociaciones varias repartidas por todo el mundo, con frecuencia acomodándose a hacer lo que se dicta en el grupo sin ejercitar la búsqueda y la evolución terapéutica expansiva  en si misma. No lo aconsejo. No es más que una actitud dependiente que ya la cité en capítulos anteriores y que en mi opinión aborta la creatividad del terapeuta.

Ya cité que es obvio, que debemos hacer el ejercicio, puesto que se precisa un material terapéutico, de pasar de la idea de la "máquina de la escucha" a la de "el terapeuta de la escucha y a la de ejercitar la escucha". Aunque el material, en este caso el Oído Electrónico, nos sea de gran ayuda en un momento inicial, la participación del terapeuta es superior. Rehabilitar el mecanismo neuro-funcional de la escucha en un primer tiempo es un atajo importantísimo en el camino que el paciente tiene que recorrer. Pero hay que desterrar la idea de que una máquina va a hacer el trabajo por nosotros.

La escucha, acompañada de la energía que aporta el sonido nos ayuda a establecer un nueva relación con nuestro cerebro, ya citamos la importancia de los procesos energéticos cerebrales. En su más amplia dimensión nos acerca al conocimiento de nosotros mismos y nos prepara para crecer y evolucionar en nuestra humanización.

Pero debemos proseguir e ir a la prolongación de lo que Tomatis inició. Nos dirigimos a la Escucha Evolutiva terapia que utiliza sus bases pero que ha avanzado en el tiempo y se dirige a completar el mapa de posibilidades. En la Escucha Evolutiva se han introducido cambios tanto en la interpretación de los parámetros analizados para emitir un diagnóstico como en la dinámica misma de la terapia.

Ya cite en capítulos anteriores las fases que se van manifestando. En estas fases, a medida que van avanzando se van introduciendo cambios en la programación y en el reglaje de los parámetros del “oído electrónico“ que como expliqué en su momento es el material utilizado. Siempre se introducirán los cambios en función de la evolución y respuesta de cada persona, jamás se efectuarán por protocolo. El protocolo es propio de la medicina mecanicista y de terapias que se rigen por principios mecanicistas pero en ningún modo se ajustan a la verdad y diversidad del ser humano.

El trabajo auditivo de recuperación y rehabilitación de la escucha es fundamental. Después le siguen los sucesivos pasos con la consiguiente disminución de la ansiedad, aparece la conciencia corporal, seguida de la mental, hasta llegar al reconocimiento de las emociones. Es muy importante llevar a cabo los ejercicios descritos en el capítulo correspondiente.

En realidad, al inicio se trata de una estimulación neuro-sensorial, pero es solo el inicio. La puesta en marcha de una rehabilitación auditiva, que es el sustrato mecánico de la escucha y una estimulación neuro-sensorial, es evidente que no nos va a llevar a la liberación del alma, ni a la humanización, ni a la plenitud espiritual. Para llegar ahí necesitamos trabajar un poco más y ningún artilugio electrónico va a poder hacerlo por nosotros.

Este ha sido el problema, y lo que ha creado confusión. Este hecho ha podido banalizar y frenar en parte el conocimiento y el reconocimiento de un trabajo muy  serio y  científico llevado a cabo por Alfred Tomatis. La aparición de asociaciones y empresas varias de divulgación y venta de material, no han venido a ayudarnos demasiado. Puede que se haya torcido el sentido inicial científico y terapéutico a causa de una implicación comercial consecuencia de la cual se ha quedado algo limitada y un poco desvalorizada la actividad del terapeuta.

En ningún caso pongo en duda la legalidad de estas acciones comerciales lógicas en una hazaña que precisa un material, solo me refiero a resultados en el ámbito terapéutico que pueden haber sido modificados por esta razón.

Sea como sea, en la Escucha Evolutiva afortunadamente ya no se necesita en un período tan largo de tiempo,  la utilización del "oído electrónico". Solo debe utilizarse en las fases iniciales y puede substituirse por un interesante trabajo terapéutico y habitualmente salvo excepciones que las hay y muchas, de manera intermitente . 

Aconsejo a mis alumnos terapeutas, que una vez debidamente formados, actúen con total libertad, haciendo uso de sus formaciones académicas y evolucionando como es norma universal. Les recomiendo que vigilen sobre el hecho de no sentirse programados por una técnica. Eso si, siempre amparados por la lógica, el rigor y los argumentos de carácter  neurológicos .

Así pues, La Escucha Evolutiva ha nacido con la voluntad de rendir homenaje a la obra de toda una vida del Dr. Tomatis el cual nunca perdió la intención de ir hacia adelante evolucionando y escuchando a quien le aportara algo nuevo.

Como buen maestro me dio siempre la libertad de caminar y de crear, aún a partir de lo que tan generosamente me había dado. El maestro solo es maestro si da la libertad y el alumno recibe esta libertad como el regalo mas preciado y de la misma manera debe transmitir con esta libertad.

Todo  esto resulta ser un trabajo fascinante para quien crea que la paz y la serenidad son posibles y necesarias, para quien crea que la creatividad es el gran potencial humano que ha ayudado a lo largo de los siglos a la humanidad.

Luego hay que comprender la búsqueda espiritual a través de nuestros recursos internos. El proceso de vivir una vida plena nos empuja a una vida mejor, es vivir la experiencia de una manera más sensible y más sabia. Pero hay que encontrar la confianza en nosotros mismos como instrumento principal. 

 Es el despertar y debemos hacer del despertar nuestro objetivo .